Después de entender la sabiduría contenida en la V aparece el camino de la Y que es la profundización efectiva de vivir en convergencia. Ese es el camino de la Y. La búsqueda de enraizar una Visión. Cuando logramos adquirir una Visión, comienza el proceso de volverla materia. Pero el camino de la Y no propone una materialización cualquiera, sino la materialización de un nuevo camino espiritual. El enraizamiento de la V de Venus, de la convergencia. La Y es la invitación a hacer camino, a crear un camino. El mundo “superior” el cielo siempre busca griales donde verter su información. A veces a través de canalizadores, a veces a través de personas que se animan a encarnar a su propio maestro. En cualquier caso, cuando te comprometes con el camino de la evolución espiritual, serás llamado a crear camino. La palabra Y, la conciencia que esa palabra trae en sí misma, es un camino espiritual, una enseñanza. Cuando decimos Y validamos lo otro, lo que sigue. Cuando decimos Y no negamos, no desintegramos. La convergencia es ni más ni menos que el reconocimiento de todo lo manifestado como real. Es la superación de la dualidad de si o no, por la y, sí y no. Superar las contradicciones, salir de los lugares de fragmentación y separación, para habitar espacios de aceptación.